Ella brillaba iluminando mi camino, al menos eso era lo que yo quería ver, esa historia me la conté yo solo y me convencí de que era cierta.
Todos los días quería caminar a su lado viendo como sonreía y como apoyaba mis sueños llenos de laberintos, esa historia me la conté yo solo y me convencí de que era cierta.
Pero solo bastó ser sincero un día y decirle lo que sentía para que ella con una sonrisa de misericordia dijera NO aunque te quiero, yo tercamente no creí en su no, y seguí a su lado.
Seguí a su lado esperando que mi brillo fuera tan fuerte que iniciara el de ella pero no pasaba, no pasó, ya estaba comenzando a entender que era la historia de un final que no tuvo comienzo.