viernes, 25 de enero de 2019

Flores en el piso

Flores en el piso
Ya no están en el cabello

La libertad de Haight-Ashbury ahora son sueños rotos,
sueños digitales.

Una generación que ya no lucha y otra que lucha detrás de una pantalla

Copos de nieve que se derriten en palabras

Luces que parpadean como señal de amores líquidos

Nada pesa todo es pasajero

La vida sigue sin poetas ni canciones

Flores al sol, ya resecas y moribundas

Promesas que murieron un verano del 68, hoy suenan a cantos de cisne, plegarias a dioses antiguos ya olvidados

El sueño ha muerto, ya es hora de nuevos sueños.

jueves, 24 de enero de 2019

Busiraco

Y dice la leyenda que Busiraco, un demonio de baja categoría, escupió lenguas de fuego sobre los habitantes de la pequeña aldea como castigo por olvidar la importancia de escoger un buen líder.... Ardaaaaaan!!!! Ardaaaaaan se escuchaba a lo lejos


Resiliencia

Y el sol, terco, cada día sale sin importarle la oscuridad de la noche.


sábado, 19 de enero de 2019

Melancolía, vieja amante.

Quienes escriben de nostalgia y melancolía conocen de memoria el sabor de una mirada no correspondida
de una soledad acompañada
de un café que se tornó frío esperando la promesa no cumplida

La nostalgia, dejáme aclararlo, no es lo mismo que la melancolía, lo dude por años sin saber que era lo que extrañaba realmente y negando ese amarga sensación que subía por la espalda de cuando en vez aún estando enamorado hasta los huesos, como suelo hacerlo.

La nostalgia implica extrañar un suceso, espacio o persona que ya pasó por nuestras vidas, un retazo de recuerdo que, habitualmente, romantizamos y optamos por filtrar dejando solo lo positivo... pero la melancolía es un pequeño cabroncito que se acerca sigiloso escondido en los atardeceres y te quita la sonrisa sin razón alguna...

¿Cómo explicar algo que solo se acerque por detrás y te quite el aire? No lo se.
Pero, sabés que?  no es depresión, incluso a veces es una delicia dejar que un café caliente golpeé ese ensimismamiento estúpido, esa escarbadera en la memoria buscando motivos para estar triste, al terminar el café y la melancolía con él sentimos que se hizo una catarsis pequeña, un pequeño triunfo salir en una pieza de esa batalla, dejar sentado al pequeño cabrón en una esquina con la mirada perdida y la toalla al cuello.

No, la melancolía no es tristeza, es un ensoñamiento que te lleva a caminar mil calles sin rumbo alguno solo respirando y viendo el cielo...

No, la melancolía no es amargura, es solo un espacio intimo y personal donde resguardarnos de las falsas alegrías que a veces nos impone la sociedad.

No, la melancolía no es mala, pero nos obliga a ser consientes de nuestros lados y horas grises. Sin reproches, sin señalamientos, sin satanizar la oscuridad.

Bienvenida la melancolía de paso, cuando se siente cómoda y quiere quedarse a vivir mucho tiempo, vale la pena llevarla a pasear y dejarla amarrada a algún árbol con buena vista, ya la adoptará alguien con mucho rosa en sus recuerdos y una sonrisa lista para la selfie.

Si te encontrás a alguien en el camino con la mirada en alguna nebulosa y la sonrisa embolatada, respira a su lado y acompañále a tomar café caliente, comer un pan tibio con mantequilla derretida, no preguntés, no te preocupés es solo una nube tapando el sol... no es para siempre, nada lo es.

martes, 15 de enero de 2019

Rock and Coffee

Miradas de reproche que alguna vez fueron cálidas y abrazadoras
mensajes que ya no llegan
palabras que devoraron los bites y los bytes (love bites, love bleeds dijo el Leopardo Sordo)

No me importa que la noche siga siendo devorada por el día
ese pedazo de carbón devorado por la luz azul me recuerda que, aunque la noche sea oscura, el más mínimo rayo de luz toma posesión de ella

Sigo mi camino con la Rapsodia aún sonando y el café aún en el puente que vibra sin miseria
gracias por recordarme que las letras son como globos rojos que cobran significado dependiendo de la mano que los sostiene/devora/eleva

Me repito diariamente, “prefiero soñar 10 minutos que permanecer despierto y lógico” ¿es mi mantra, o mi karma, o mi espejo?

Cómo hacen volar el alma y latir el corazón un par de cafés y dos ojos almendrados al ritmo del loco diamante que brilla en la oscuridad.

Adiós vos, buena mar

Gratitud

A veces la vida se vuelve una carga pesada...

Los amores, reales o imaginarios que pesan en la piel y en la memoria.

Los sueños que se vuelven obligaciones cotidianas.

El aire se vuelve denso al ver la realidad a través de los ojos ajenos.

Pero siempre hay por ahí una luz bien puesta, una mirada ajena, un detalle de vida y color...
Una respiración profunda, honesta y con los brazos abiertos al universo será la respuesta adecuada siempre.

Gratitud

lunes, 7 de enero de 2019

Paso a paso

De paso en paso, tal vez algún salto eventual hacia adelante o hacia atrás.
Las letras se convierten en aliadas al futuro soñado, un puente hacia el anhelo.
No se debe perder la mira, solo hay un norte y vos lo sabes en los huesos; te queda un disparo, todo se ha dicho ya.