http://mstibog.deviantart.com/art/Unleashing-the-Dogs-of-War-165795305
Entrenado con los mejores, su instinto se depuró atendiendo
estrategias de captura y destrucción de enemigos, ante una orden no se duda, se
actúa; si el amo señala un enemigo uno va por el cuello, rápido y silencioso.
Una retribución justa, la mejor carne del mercado para esos
exquisitos perros de la guerra que a la orden del amo dejan correr sus
instintos entrenados y afilados, el objetivo será el que le indiquen, el
territorio a conquistar es el motivo de desvelos y obsesiones que dejan en
segundo y tercer plano cosas que estorban como la familia o los amigos, para eso ya llegará el tiempo, cuando la
guerra termine y sean condecorados.
Perros de la guerra que no piensan siquiera en retar a su amo, el
amo que les tocó en ese momento histórico, los amos van y vienen luciendo su
jerarquía y estrellas que los engalanan como héroes que han teñido el campo de
rojo. Los amos saben que los perros entrenados y bien alimentados son
eficientes y certeros, una jaula llena de comodidades y tapetes abullonados,
asistentes y secretarias/secretarios llenos de feromonas dispuestos a guardar
bien los secretos de los amos y que ayudan a escoger adecuadamente los
siguientes que pasarán a primera línea de la guerra por ese anhelado
territorio.
Un soldado no duda, un ejecutivo no duda, un gerente no duda, un
comandante co-manda, planea estrategias y establece jugosos bonos por
resultados, el campo de batalla tendrá bajas, heridos y muertos, en una guerra
fratricida el muerto puede ser tu vecino o tu mejor amigo del colegio, pero
siempre y cuando el pequeño circulo intimo este a salvo, la guerra es para ver
en televisión, algo que pasa a los demás.
Un ejecutivo ejecuta, aplica las estrategias que le entregaron,
negocia con sus aliados y busca la manera de que las cicatrices de la guerra no
sean tan visibles, si hay que entregar a
alguien al enemigo, se encargará de buscar el que menos falta le haga, a quien
le conozca las debilidades de la carne o del alma para luego usarlas a favor de
su amo. El ejecutivo ejecuta lo que el amo indique, la relación es vertical, en
el camino quedan las familias esperando que de esa ración exquisita lleguen
jugosos pedazos a casa para mostrarlos a sus vecinos como trofeos.
El mando medio, no manda; hace encargos, lleva y trae, consigue
información y la distribuye, saliva viendo los bonos y huesos que entregan a
los perros de la guerra, no tiene a quien mandar solo espera agazapado. Ser un
perro de la guerra es un honor, hacer parte de la compañía es para un grupo
selecto de ejecutivos como yo, las víctimas son las víctimas y yo no estoy
allí. Al fin de cuenta que son un par de ajustes en la estrategia, que daño
pueden hacer unos acuerdos entre amigos, finalmente son solo consumidores, no
estamos hablando de muertos. Los perros ladran cuando el amo ordena, cazan
cuando el amo señala, desgarran cuellos para obtener territorios ajenos, han
sido entrenados con los mejores, los rodean de campos verdes y pedazos de la
mejor carne, las cicatrices se exhiben como trofeos. Son perros de la guerra
que siguen ordenes, si dejan de obedecer verán su ración reducida, el collar no
será tan vistoso y las caricias serán reemplazadas por desprecio y distancia
jerárquica, la correa castiga cuando ya no adorna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario