Y me lleve mis melancolías a viajar, las regué con litros de agua, vino y café, trate de dejarlas en ríos y mares, las limpié con arena de varias playas, camine horas enteras al sol esperando que se evaporarán o al menos que cogieran otro color, en cientos de ojos de bellas viajeras trate de depositarlas, en hoteles sin estrellas las deje bajo la cama, pero ellas tercas decidieron que debían seguir adentro, en mi corazón para hacer parte de mi equipaje, de mi ser,de mi impronta.
Viviré con ellas y las abrazaré hasta que el corazón sane, y se que sanará tarde o temprano en un atardecer seguramente o en un suspiro largo algún día serán un recuerdo borroso, y dejarán de pesar, pasarán como todo pasa. Y que si toca sudar se suda y si toca llorar se llora, si uno sigue caminando las dos cosas terminan por secarse.
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