sábado, 2 de mayo de 2015

El gigante

Nado, chapuceo, braceo, respirar fuera no dentro, algo suena, duele un poco, sonó como a los aplausos de veinte cumpleaños al mismo tiempo, descanso.

El agua me lleva, las nubes arriba van a su propio ritmo, les importamos tan poco, pero tan poco, que tratan de pasar rápido como cuando te encontrás a tu ex en el supermercado, saludá, parecé digno, tratá de brillar,  sonreí, que parezca que pensás en la compra de la semana, las nubes van pasando, todo pasa como los mercados de la plaza, otra nube llega, más densa, mas lenta.

En las nubes la cabeza de un gigante flota mirando su propio cielo, más grande que el mio pero igual de indiferente; debe cuidarse de no tragar nubes, como yo me cuido del agua, al cielo regalamos miradas largas como decía Celia, enviamos oraciones y a nuestros seres más queridos. Que tal que el gigante se tragara alguna plegaria indiscreta, algún reclamo de amor, que pena con el gigante.

El agua me lleva, el agua limpia y purifica, las nubes llenan el cielo buscando su camino, el gigante ya no está, las plegarias se han salvado.

Nado, chapuceo, braceo, respirar fuera no dentro.

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