Flores en el piso
Ya no están en el cabello
La libertad de Haight-Ashbury ahora son sueños rotos,
sueños digitales.
Una generación que ya no lucha y otra que lucha detrás de una pantalla
Copos de nieve que se derriten en palabras
Luces que parpadean como señal de amores líquidos
Nada pesa todo es pasajero
La vida sigue sin poetas ni canciones
Flores al sol, ya resecas y moribundas
Promesas que murieron un verano del 68, hoy suenan a cantos de cisne, plegarias a dioses antiguos ya olvidados
El sueño ha muerto, ya es hora de nuevos sueños.
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