Me hundo en la penumbra de la noche
las calles tienen su propio ritmo.
Hombres hablando con hombres sobre las mujeres de su vida al son de una campana, y Lavoe cantando a unos ojos verdes.
Las risas inundaron la esquina, pasaron "la mona", "la tetona", "mazamorra", "el indio", "titicó" e iban dejando su saludo mientras recibían la algarabía de los señores que tomaban cerveza, conversaban, hablaban de mujeres.mientras Lavoe le cantaba a unos ojos verdes
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