Me dijeron que llegaría un niño especial a la fiesta
que deberíamos ser cautelosos
Ojo con las cosas, las puede romper
A veces son agresivos
Alertá a los demás niños me dijeron.
Cuando llegó, con su camisa roja corriendo como si quisiera atrapar al viento
vi como su sonrisa se le salía por los ojos
y comencé a sospechar que efectivamente era un ser especial.
En cinco minutos armó fiesta,
puso a todos a bailar,
se reía tan duro que pronto fuimos una sola carcajada.
Aplaudía todos los chistes,
comió como si no hubiera mañana.
Realmente era especial, vivió la fiesta como si su último día estuviera por llegar.
Cuando se acercó a mi, al finalizar la fiesta,
no dijo gracias como los demás niños,
me dio un abrazo apretado casi doloroso
me dijo gracias y una lagrima se asomó a sus ojos.
Hace mucho no estaba en una fiesta tan bonita, dijo
Era cierto, es un niño especial y agradezco al universo ver su sonrisa en mi recuerdo cada día.
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