Nunca fuí tan infeliz como cuando lo tuve todo
Nunca fuí tan feliz como cuando arrojé todo lo que tenía por la borda
Nunca sentí tan fuerte el amor como cuando me rompieron el corazón
Nunca me sentí tan querido cómo cuando abrí mi corazón sin pensar en el futuro
Nunca pense en escribir sinceramente hasta que me di cuenta que me sanaba
Nunca pensé que la perfección existiría hasta que me reflejé en los ojos de mis hijas
Nunca el cielo tuvo tanto significado como cuando deje de buscar formas en él
Nunca camine tanto como cuando no tuve una destino donde llegar
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